Hace algunos años tuve una de esas crisis personales que te sientan literalmente de culo (sorra el francés) y que la vida te presenta para ponerte en jaque para que te muevas y no sigas repitiendo lo mismo y APRENDAS por fin esa lección que es capaz de transformar tu vida, como lo hizo conmigo. Juro que me sentí tan vacía, tan poca cosa, tan sin sentido, (ya me había pasado antes, pero esta vez fue brutal y seguiría escribiendo por horas lo pésimo que me sentía) me cuestione ¿Quién Soy? ¿Para qué estoy aquí? Estuve enferma emocionalmente, no fue por una persona, fue por el vacío que habitaba en mi propia existencia, era un muerto viviente, pero no por solo esa crisis emocional, era una crisis existencial que casi me mata de dolor literalmente. Y bendita crisis que me hizo despertar a comenzar un romance conmigo misma, a entender que era la dueña y responsable de mi misma. Seguí mi camino para encontrarme y sanar tatas heridas que tenía acumuladas. Hice ayahuasca, escale montañas, viaje sola muchas veces, he recorrido medio planeta, seguía buscando más y más, fui a vivir un tiempo a la India, hice vipassana, he meditado en templos budistas, he escuchado y conocido varios maestros iluminados, y acá si sería un gran etcétera. Hasta que por fin comprendí regresando a Lima (a mi casa) que puedes ir a cualquier lado, buscar en todos los lugares, pero la meta es llegar a ti mismo o como dice un curso de milagros: Un viaje sin distancia, así fue que descubrí que todo lo que necesitaba y quería saber estaba en mí, así fue como me encontré.

Hoy en Día me encuentro en la maestría o mejor dicho doctorado más grande de mi vida… Acabo de ser madre hace unos pocos meses y ha sido una experiencia de amor profunda hacia mi bebe, pero también de mucha sanación interior (exorcismos emocionales jajajaja) que me está sirviendo mucho para ser más coherente, más yo, trabajar aún más en mi amor propio, valor personal y ser mi mejor versión (a la buena y a la no tan buena). Recientemente, entre embarazo, posparto, un bebe recién nacido las hormonas y emociones como montaña rusa, termine mi primera obra escrita (no sé cómo, pero lo logre, porque estaba inspirada y guiada a hacerlo si o si, ya no había escapatoria o excusa) Y así fue que nació mi diario de gratitud hecho con mucho amor desde el corazón, porque la gratitud de lo que me alegra y lo que no, me ha ayudado mucho en mi vida. Y hoy en día, estoy convencida de que una persona agradecida es una persona bendecida, y así me siento yo.