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Amada soledad…reencuentro contigo mismo.

«No escapes de la soledad porque por ella te conocerás; es más, te guste o no, después de cada experiencia volverá y es el mejor espejo para que sepas quién eres: algo grande al que no engañarán tus pequeñeces. -Facundo Cabral.

Una cosa es estar solo y otra diferente es estar aislado. La soledad es un vacío cuando no has aprendido a vivir contigo mismo, para hacerlo necesitas conocerte y amarte a ti mismo, luego se hace pasajera y nutritiva, ya que aprendes principalmente a amarte.

La Soledad está muy relacionada en nuestra sociedad a sentirte solo, que nadie te quiere, que no eres suficiente o que tienes alguna “falla” etc. Cuando en realidad es una excelente oportunidad que te da la vida para reconectar contigo mismo, conocerte, amarte a profundidad y entender aprendizajes de tus relaciones pasadas.

La Soledad mal entendida, más no como la decisión de estar Solo, que es un espacio en el que nos honramos y a pesar que en un principio ponemos diversas resistencias porque nadie nos dio la clase en el colegio “Soledad nivel I” le tenemos tanto pavor como si fuera la maldición, un fracaso total y todo esto viene de diversas creencias instaladas inconscientemente por nuestra familia, la sociedad, el colegio, la religión, etc. Una de las más grandes proviene del “miedo crónico” a no estar en pareja, huir del estar con nosotros mismos, sacar el famoso “clavo saca otro clavo” y esto no es más que dependencia emocional, que en resumen está basado en 3 necesidades no cubiertas durante nuestra niñez: Seguridad, Afecto y Reconocimiento (no se preocupen que ya estaré escribiendo a profundidad sobre este tema en el próximo Blog) estas necesidades al no ser cubiertas de niños y no porque nuestros padres fueran “malos” sino porque ellos también vienen con otra información o es todo lo que pudieron hacer con lo mucho o poco que sabían, repercuten directamente en nuestra vida adulta y siempre buscamos a otra persona para que nos supla esas carencias, te suena el “ No me gusta estar sol@” o el famoso: “Sin él/ella no soy nada.” Estos y muchísimos más ejemplos son el grito desesperado de nuestro niño interior buscando amor fuera, porque no se dio cuenta o nunca aprendió que el amor primero nace en uno mismo y luego sintiéndose uno completo puede buscar a otro completo y así nace una saludable relación de pareja.

El cuento de la media naranja también cae como anillo al dedo, porque nos vendieron este famoso cuentito que inconscientemente lo tenemos  grabado en la mente como si fuera una canción pegajosa, que ¡si no encuentro esta media naranja no seré feliz! La verdad es que somos naranja completas, es decir todo un frutero, completísimos y llenos de amor, que no necesitamos buscar afuera, porque lo tenemos todo.

Disney otro productor de fantasías irreales de la princesa rescatada, que solo encuentra el maravilloso final feliz si encuentra al príncipe Azul y así crecimos buscando siempre el bendito rescate que nos de ese cuento feliz que por años vimos en estas innumerables películas o cuentos. Los hombres tampoco no se quedan atrás con ser los príncipes que quieren rescatar a la pobre doncella que necesita de ellos, volviéndonos codependientes y viviendo vidas poco plenas porque siempre le damos responsabilidad a la otra persona de nuestra felicidad. No tengo nada en contra de Disney, pero hablando en estos términos de los cuentos, tienen mucha influencia en este tema.

Otro punto muy importante a tratar es la Sociedad una vez más contándonos la historia que solo las personas que están en pareja se realizan personalmente, no importa que tan infelices sean, siempre y cuando mantengas un matrimonio o relación feliz ante los ojos de los demás y mientras más tiempo dure, es más “solida” (no quiere decir que no existan verdaderas parejas felices). El día que entendamos que la mayoría de relaciones que tengamos en nuestras vidas son parte de nuestro viaje, que nos sirven como espejos para sanar nuestras partes no sanadas y son la expresión máxima de nuestro aprendizaje personal de autoconocimiento, podremos tomar la soledad de una manera más amigable y nos ahorraremos dramas y sufrimiento para empezar a recibirla después de cada experiencia con amor y escuchar que nos tiene que contar sobre nosotros.

La Soledad es maravillosa, sanadora y muy enriquecedora sé que te puede chocar un poco leer esto si nunca la has experimentado por miedo a los puntos que hemos explicado, pero déjame decirte que ¡Sí! Es retador estar en soledad, porque estarás contigo, con tus luces, con tus sombrastus miedos, la culpa, pero también estarás contigo, aprenderás más de ti y romperás con tus apegos. La Soledad es el estado que nos permite conocernos sin fachadas, sin depender el agradar a los demás, volvernos auténticos sin cumplir con expectativas ajenas, Amar  y aceptar lo que somos, desde una libertad increíble de poder ser uno mismo y ¡no hay más libertad que esa!

No solamente cuando estas soltero una vez más, es también un espacio que debemos desarrollar incluso estando en pareja, porque créeme cuando aprendes a estar contigo, te extrañas y no es egoísmo, pero si, si te das tu espacio, porque te vuelves amigo de ti mismo y quieres estar contigo.

La Soledad trae muchas más ventajas de lo que creemos, las más importante es el aprenderte a Amar, porque el verdadero amor nace de uno, somos el mismísimo amor y ese el gran regalo que te da una soledad bien llevada ¿Cómo vas a amar a otro, si no te amas? El amor nace en ti y la soledad es una estupenda oportunidad de amarte a plenitud y como dicen por ahí Cuando aprendes a amarte, a sentirte completo, a aceptarte, vibraras en amor que es una energía muy poderosa y lograras atraer hacia ti a alguien tan completo y lleno de amor como tu. Mientras tanto disfruta de ti y de todas las bellas oportunidades que se te presentaran en tu vida y procura ser la persona de la que te enamorarías.

“La capacidad de estar solo es la capacidad de amar. Puede que te parezca paradójico, pero no lo es. Es una verdad existencial; sólo aquellas personas que son capaces de estar solas son capaces de amar, de compartir, de llegar a lo más profundo de la otra persona; sin poseer a la otra persona, sin depender de ella, sin reducirla a una cosa, y sin volverse adictos a ella. Permiten que la otra persona tenga total libertad porque saben que si se marcha, ellos seguirán siendo tan felices como son ahora. La otra persona no puede arrebatarles su felicidad, porque no es quien se la ha dado. -Osho

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Valerie Neff


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