En nuestra sociedad es un tema bastante de controversia, en un mundo lleno de rencores y falsos perdones. Pero el Perdón es mucho más sublime de lo que nos hicieron creer y tiene muchísimas más privilegios de los que normalmente creemos.
El Perdón más que un sentimiento, es una decisión que nace de un corazón que siente el ímpetu de tener paz, de hacer las paces con nuestro pasado y por fin ser libres sin ataduras que en vez de brindarnos dicha, solo nos traen solo resentimientos y rencores totalmente obsoletos que repercuten en diversas áreas de nuestra vida, incluyendo en el plano físico llamado enfermedades.
El Perdón nace desde uno mismo, porque primero debemos perdonarnos nosotros por nuestros errores, porque en nuestro camino de vida nos equivocamos y al no darnos la oportunidad de reconciliarnos, no tendremos la capacidad de perdonar al otro, es así como se vuelve un circulo vicioso de culpabilidad, sacrificios inútiles buscando una paz superficial y maquillada para sentirnos bien por el momento y no la trascendemos a un nivel que nos permita liberarnos y estar en paz con nosotros y con el mundo que nos rodea.
Volvernos conscientes de que somos humanos en una aventura llamada vida, estamos en un proceso continuo de aprendizaje y equivocarnos es parte de crecer como protagonistas de nuestras propias vidas, crucificarnos y martirizarnos es solo condenarnos inconscientemente a sufrir, en cambio al tomar acción, es decir saber que al equivocarnos, aprendemos, nos desarrollamos y sentir las emociones que nos están reteniendo a tener esa paz, luego dejarlas ir y seguir para delante.
Yo sé que suena bastante bonito e interesante, es una práctica muy sencilla que requiere de tu predisposición y tu decisión de recuperar la paz y el amor que ya te pertenecen, pero que muchas veces por esa vocecita que interfiere con nuestro ser, llamada “yo pequeño” o más conocido como Ego, voluntariamente nos ponemos barreras y por orgullo de este sistema de pensamiento egoico y las resistencias características de este estado de conciencia, nos bloqueamos y hacemos imposible entregarse a la paz que merecemos, al cambiar esto y comenzar al dar un primer paso, logras derrumbar esas barreras que lo único que hacen es perpetuar el sufrimiento.
El perdón es la clave de la paz interior, porque es la técnica mental mediante la cual nuestros sentimientos se transforman, pasando del miedo al amor. Nuestras percepciones de los demás suelen
convertirse en un campo de batalla entre el deseo de juzgar del ego y el deseo del Espíritu Santo de aceptar a todas las personas tal como son. El ego es el gran criticón. Está siempre al acecho de nuestros defectos y de los ajenos. El Espíritu Santo va en busca de nuestra inocencia. Nos ve a todos como realmente somos, y
puesto que somos las creaciones perfectas de Dios, ama lo que ve. Los aspectos de nuestra personalidad donde tendemos a apartarnos del amor no son nuestros defectos, sino nuestras heridas. Dios no quiere castigarnos, sino sanarnos.
Al perdonamos y perdonar, nos exculpamos y ya no nos sentimos víctimas, nos aceptamos y nos amamos, este amor logra que podamos desarrollar la compasión y en entendimiento de que cada persona está en diferente sintonía o nivel de conciencia y mayormente son reflejos de nuestros estados de conciencia y que cumplen el papel que les corresponde dentro de una situación, que al perdonarla e integrarla en el sentido de aprender el ¿para qué me ocurrió eso o aquellos? nos permitirá el entendimiento y así liberarnos y perdonar en todo el sentido de la palabra.
El perdón nos permite cerrar ciclos, cambiar de vida, cambiar nuestra vibración a nuevas y mejores situaciones, así como abrir las puertas a un sinfín de nuevas experiencias que vienen en resonancia a esta paz y este amor recuperados.
El perdón es el mejor regalo que te das a ti mismo, No Hay liberación más grande, es la llave de la verdadera felicidad, un corazón libre de sentimientos negativos, nos hace mejores seres humanos en todo el sentido de la palabra, vale la “alegría” y no la pena. Si cultiváramos más el perdón en cada uno de nosotros, evolucionaríamos a nivel humanidad y crearíamos sistema de vida mejor. El mejor aporte que podemos ofrecer es que comencemos por nosotros mismos, para vivirlo y comenzar a ver cambios en nuestra propia vida y vivir a plenitud. Dejemos de ser víctimas y convirtámonos en la mejor versión de nosotros mismos y que mejor que desde la libertad emocional, el amor y la paz que otorga el perdón. ¿Te atreves a dar ese gran paso en tu vida? ¿te resonó este articulo y sientes que el perdón es lo que quieres para tu vida? Si tu respuesta es afirmativa y/o Si crees que no puedes Solo(a), me encantaría acompañarte y apoyarte Contactame.